- Hola, ¿Cacho? ¿Estaba durmiendo la siesta? Disculpe...

- No, compadre, no, qué voy a estar durmiendo. Ando trotando por Purmamarca para bajar la comida. Mi mujer me hizo una mayonesita de chinchulines y mollejas con locoto... Hay que cuidarse, ¿vio?

Pucha, con este hombre parece que no se puede hablar en serio. En realidad, no es que parece... su trabajo es no hablar en serio ni dormido. "Un Cacho del interior" es el nombre del nuevo espectáculo de Cacho Garay, el mendocino que saltó a la fama desde el programa de Marcelo Tinelli y desde ese momento no paró de provocar carcajadas en todos los escenarios del país. Cacho se jacta de hacer un humor para nada ofensivo y apto para toda la familia. Eso es lo que quiere demostrar esta noche sobre el escenario del teatro Alberdi.

- Llamamos de LA GACETA, de Tucumán, para que nos cuente de qué se trata el show.

- Sí compadre, ya está todo listo. El show se basa en esta rara virtud que tenemos los argentinos de reirnos hasta de las cosas que nos duelen: el fútbol, el automovilismo, la política... Yo converso de las cosas que me pasan a diario y en las que casi siempre está presente el humor, aunque a veces se nos pase de largo sin darnos cuenta. Cuento anécdotas, historias de mi familia o charlas que tengo con la gente. Por ejemplo, una vez, una colega suya me dijo que ella me veía como un "Chapulín de las pampas", un antihéroe nacional que se ríe de él mismo antes que de los demás...

- Dicen que para hacer humor siempre alguien tiene que salir perdiendo, mal parado...

- Mire, en general, en los espectáculos humorísticos la gente no quiere sacar primera fila porque tiene miedo de que el humorista se la agarre con él; eso no pasa en mis shows, porque la gente que me sigue sabe que yo no agarro a nadie de punto para hacer reír. Yo nunca hablo de clubes, ni de religiones, ni de razas, porque el público va dispuesto a reirse, no a que lo ofendan o hieran su susceptibilidad.

- Sin embargo eso es algo que se ve mucho en programas como ShowMatch... ¿Qué recuerdos tiene de Tinelli y del Show del chiste?

- Los mejores recuerdos, mi amigo. Para mí Tinelli fue el hada madrina de la Cenicienta, solo que el carruaje nunca se volvió a convertir en calabaza. A mí y a mucha gente más ese hombre nos hizo entrar de la mano, nos prendió la luz y nos dejó adentro. - Antes, ¿qué era de su vida?- Y yo siempre anduve por la vida hablando huevadas, como los recién operao', pero trabajando de otras cosas para parar la olla. Fui camionero y también, desde muy chico, andaba en las viñas; así, aprendí primero a hacer el vino y después a tomarlo. - Al camión lo dejó... ¿Al vino también?- Noooo, sigo en la vitivinicultura, pero ahora como consumidor final. - Cacho, ¿vive con su señora?- Sí compadre, vivo con la lechuza gracias a Dios. - ¿Lechuza le dice? ¿Y eso por qué?- Y sí, porque cuando me arrimo a la noche empieza a aletear y a decirme shhh shhh. El otro día andaba pensativo, me metí a la cama y le pregunté: lechuza, vos tenés sexo conmigo por amor o por interés. Nooo, viejo cómo decis eso, por amor, me contestó. Ahh... porque sería bueno que le pusieras un poquito de interés también, le contesté. - La dejó muda...- Nooo, si se quedara muda un minuto la invitaría a pasear por Nueva York.

- Con sus shows recorrió buena parte de la Argentina y los países limítrofes también, ¿no es así?

- Sí, anduvimos por Chile, Paraguay, Uruguay... Ahora recibimos propuestas para dar espectáculos en colonias latinas de Islas Canarias, Canadá y Australia, ahí donde andan esas lauchas grandes con la cartera adelante. Pero le digo la verdad: a mí me interesa más cuidar el rancho, andar por adentro del país, dibujándole o robándole sonrisas a la gente. Hablando de robar, me dijeron que algo lindo voy a aprender en Tucumán.

- Hace poco participó en el festival Trichaco, que organiza el Chaqueño Palavecino. ¿Cómo lo vivió?

- Esa, compadre, es una Argentina que no conocemos. Alguien que tenga un poco de vergüenza y que se sienta un poco argentino debería hacer algo por esa gente; hay que ver cómo están los wichi, los esfuerzos que hacen para sobrevivir. Pero el festival es muy, pero muy emocionante. - Dicen que no se toma nada ahí...- Bueno, está vez que fui yo empezó a cambiar un poco la cosa. Tomamos varias gaseosas con el Chaqueño. - Ah... ¿El Chaqueño no toma nada de vino?- Sí, ese día tomó un poco pero porque yo lo obligué. Le puse la damajuana al lado, lo apunté con un revólver y le dije: ¡tomá vino! Me hizo caso, se tomó como media damajuana. Y después yo le pedía que hiciera lo mismo conmigo...